YayBlogger.com
BLOGGER TEMPLATES

jueves, 26 de julio de 2012

20.

Hablaban, reían, cantaban y bebían. Yo, de lo único que tenía ganas, era de llorar, escapar, correr, huir. Se cansaron, por fin nos íbamos, pero volvía, la misma historia, de siempre, con las mismas repeticiones, los mismos guiones, a si que salí, salí de allí, no me despedí, era la última vez que vería a algunos de ellos, pero en el fondo ¿Que más daba? Empezaba a hacer aire, un rayo, dos, tres, un trueno. Pum. Un gota, dos, tres, cinco, veinte, cien. Ya había perdido la cuenta. El olor a tabaco, porros y vodka, seguía empapando mis pulmones, ahora, también se mezclaba con la lluvia. No sabía como continuar, ¿Un cigarro? Quizá, un bar. Un chupito, dos, tres. Una copa, cinco, seis. Salgo de allí, mis pies andan solo, la camiseta, se me pegaba al cuerpo y los pantalones, chorreando gotas por mis piernas. No sabía adonde iba, tampoco lo quería saber, mis pies andaban solos, observaba como cada vez, se empapaban más, pero yo,  seguía andando, las calles no me sonaban, las caras tampoco, algunos árboles se ponían en el medio. Yo seguía, subí por Atocha, terminando en Cibeles. No se ni como, ni cuando, ni por qué, volví hacia Sol. Recorrí sus calles, mojadas, abandonadas, o claro, eso me lo parecía a mí. Recorrí el Palacio, me dirigí hacia Plaza España y subí, nuevamente, Callao, Gran Vía, Fuencarral, mis pies, no sabían ni donde estaban, mis ojos, derramaban lágrimas, la gente, me miraba. Pensaría que si era la lluvia o lloraba de verdad, ojos rojos, como estrellas. Consecuencias del alcohol, del tabaco, de todo junto. Tampoco lo sé, ni me importaba, para que mentir. El sabor reseco y ardiente del vodka, seguía ardiendo en mi garganta, como si me acabará de tomar una botella entera. Seguía y seguía, rechazaba a todo y a todos, levanto la vista y de repente, estaba en mi portal, con las llaves en la mano, no se ni como llegué ahí. Retrocedí, me senté en el banco, recogí mis piernas y lloré, muchísimo más fuerte que antes, sin parar, con la música a tope, en mis cascos, no sabía que hacer con mi vida, no sabía como seguir, ni que dirección tomar. A si que estaba ahí, mojada, llorando, borracha de sentimientos, sin saber que hacer, ni como seguir.
Pero para cuando me quise dar cuenta, era tarde. Demasiado tarde, para todo.

miércoles, 25 de julio de 2012

19.

Hay días que pienso. Y pienso. Y sigo pensando. Y pienso en tenerte, aquí, a mi lado. Como siempre lo has estado, bueno, miento. Siempre ibas y venías y yo, siempre estaba para ti. Pero me cansaba, y cuando decidía que era el final, tú me cogías, me volvías hacia ti y me susurrabas un "no te vayas, pequeña, sin ti mi mundo no sería igual" Y caía, rendida, siempre. A tus pies, a tus labios, a tus abrazos, fuertes, grandes, que me protegían de todo y todos. No había lugar que me gustara más que estar contigo y a tu lado, siempre. Tu y yo ¿Y lo demás? Lo demás me daba igual, una cama, un sofá, un parque, un coche, una calle, el sitio, me daba igual, podíamos dormir sin hacer nada, pasarnos noches en vela riendo. Te echo de menos ¿Que es eso que no entiendes?
A día de hoy, meses después, te sigo esperando, sigo sintiéndote, aquí, a mi lado. Pero las cosas han cambiado, ahora, conozco a gente, he cambiado de grupo de amigos, son diferentes, me ayudan a olvidar. Da igual su manera de distraerme, lo hacen. Ya no soy como antes, soy diferente, me he teñido y me he echo algunos pendientes, incluso un tatuaje, si me ves, no me reconocerías. Pero ellos, son ahora todo lo que tengo. Me gustaría que les conocieras, te caerían bien, sí, estoy segura de que te caerían bien. Luego, está mi mejor amiga, a ella, si la conoces, siempre la has conocido, desde que la hablé de ti y tuvo esa típica curiosidad en saber si eres bueno para mí, "estate con el" dijo, "no te hará nada malo" dijo. La hice caso, caí, pero ya había caído antes de que dijera que no me harías daño. Lo hiciste, tu recuerdo lo hace, tu ausencia lo hace. Vuelve, algún día, volverás y estaremos juntos, lo sé, por que eres así, por que eres adictivo y yo lo soy para ti, tú pequeña. Lo dijiste, siempre lo has dicho, a todos. Y uno, no dice eso a todos, pobre de mí, que ilusa, yo, creyendo que todavía me quieres. 
En fin, sabes donde estoy, donde encontrarme, como hacer que caiga a ti. 
Tú pequeña, que te quiere, con locura, con todo su alma.