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martes, 16 de julio de 2013

35.-

Un trago, y después otro, y otro más. Un chupito. Un cigarro. Expulso el aire y me apoyo en la encimera de mi cocina. Vuelvo a llenar el vaso, bebo, trago, aspiro y expulso el humo. Y así repetidas veces, repetidas veces como todo, como los recuerdos, como las lágrimas ‘joder, hijas de puta ¿Alguna vez dejaréis de caer de mis ojos? ¿Podéis parar?’ era mi pensamiento principal todo el día, a todas horas. Siempre el mismo.
El odio, la ira, la mierda aumentaba y con aquellos sentimientos las ganas de acabar con todo. Con tu recuerdo, con mi pensamiento, con mi memoria, con mi cabeza… todo. ¿Sabes lo único que acababa? Yo. Acababa yo. Por esa puta mierda de memoria, irónico. Quiero olvidar algo y lo recuerdo y viceversa.

Joder, estoy harta. Que ya no soy la misma, no soy esa que conociste ni esa de la que hablabas tan bien. No soy esa de tus recuerdos ni esa que el resto del mundo conocía. Soy esa chica que de vez en cuando estaba triste, o se dejaba ver triste, mejor dicho, porque triste estaba siempre. Soy esa 24 horas al día. 7 días a la semana. Fingiendo 365 días al año. ¿No te lo esperabas, verdad? Tranquilo, yo tampoco me esperaba el fin de esta manera. 

sábado, 13 de julio de 2013

Queridos desordenes de alimentación, queridas Ana y Mía.

Antes de pasar de esto, por favor, leedlo. No es algo de lo que escriba normalmente, pero por favor, no perdéis nada, ni 5 minutos leyéndolo, pero si estáis así podéis salvar vuestra vida. Necesito que leáis esto, que mis seguidores y los que no me siguen, sepan que es esto, lo necesitais saber. Necesitais saberlo, tenéis el derecho a saber lo que se siente, por lo que se pasa. No merecéis morir, ni estar enfermos, ni sentir que estáis jodidamente locos. Sois geniales y ni la anorexia ni la bulimia, son la solución de NADA.

Ana, Mía, más conocidas como anorexia y bulimia.
No sois perfectas, no nos dais perfección, ni a mí ni a nadie. Nunca nos las daréis. Nos matáis, de dentro hacia fuera.
Pasa el tiempo y te vas quedando sin pelo, se te rompe, se te jode completamente, no puedes hacer nada. Tus dientes se empiezan a romper, empiezas a tener ese color amarillento y por mucho que te los laves, no podrás hacer nada, porque sabes que la pasta de dientes, empeorará tu salud por dentro debido al bicarbonato. Empezarás a no poder beber cosas frías, pero tampoco calientes, no podrás comer comida dura ni crujiente. Tu boca se joderá completamente. Tu estómago te dolerá, tendrás retortijones todo el puto día y no podrás ni moverte ni retener comida, por no mencionar lo jodido que estarán todos tus organos.

¿Queréis perfección? ¿Queréis que los chicos se fijen en vosotras? ¿Queréis ser preciosas, guapas, tener un buen cuerpo? Así no lo vais a conseguir. No lo haréis. Iréis cada vez más y más lejos, pero más lejos de la perfección. Nadie querrá estar muy cerca ¿Sabes por qué? Porqué olerás a vomito, a sangre, ni si quiera querrás estar cerca de nadie. Te sentirás cada vez peor, pero peor por haber empezado con esta mierda.

¿Perfección? No. Así no se consigue la perfección, no lo conseguiras por mucho que lo intentes. Cicatrices, moratones... no querrás salir, no querrás estar con nadie. Te negarás a salir, te aislaras de ti, de todo, de todos. ¿De verdad quieres esto? ¿De verdad quieres empezar en esta mierda?
Yo os daría mi sensación diaria de sentirme como una real mierda por una 'buena vida' o por lo menos una mejor.
No necesitais que las piernas no se te junten ni que se te marquen las costillas, no necesitas que se te marquen los huesos de la cadera ni que se te marquen las clavículas. No necesitas ser delgado para ser perfecto. Sé como eres, y si quieres adelgazar, ve a un nutricionista y al gimnasio, ve a un profesional y que él te aconseje. Él y nadie más porque nadie sabrá mejor que un especialista lo que te viene bien y mal para tu salud, pero lo que sabemos todos es que los desórdenes alimenticios no son sanos. Ni para ti, lector, ni para nadie.

Por favor, si no lo quieres hacer por ti, hazlo por los demás, porque de todo se sale, de todo. Y algún día, en un par de años si estás sufriendo esto, lo odiarás, odiarás haber pasado por esto y si paras ahora, estarás mucho mejor y tu cuerpo lo agradecerá. No te pido que me hagas caso, sólo que te plantees si viene bien o si dentro de unos años, te 'gustará' haber pasado por estos trastornos.
Sé lo difícil que es gustarte y verte bien, pero con esfuerzo, con ganas, algún día, hoy no, ni mañana, ni dentro de unas semanas, habrás salido, pero probablemente, sí que lo habrás hecho con ucho esfuerzo y ganas de salir. Por favor, hazlo, habla con un especialista, habla con alguien cercano, habla con alguien que te pueda ayudar, pero hazlo.

@n0sense_

miércoles, 10 de julio de 2013

34.-

A veces me pregunto qué habría sido de mí, sin ti. Supongo que me habría ido mejor, siempre me iba mejor. No habría tantas lágrimas, ni tanta rabia. Ni tanto odio ni ningún tipo de ira. Era yo. Solamente yo, yo y mis pensamientos, yo y mi famosa manera de perder el tiempo. Yo perdida en mi cabeza, pero era yo. Entonces, un día, llegaste tú. Tú y esa sonrisa, oh joder que sonrisa. Me perdía entre tus ojos, azules, como el cielo. Podría decir como el mar, pero ya sabes que no soy de playa. Me gustaban nuestros silencios, esos en los que no había nada, no pasaba nada, simplemente, silencio. No eran incómodos y eso también me gustaba. Me hacías sentir mejor y ese fue mi fallo, que confié en ti y después... después te fuiste. Entonces empezaron los silencios, silencios incómodos, silencios en los que sólo había sollozos ahogados, silencios aburridos, llenos de terror, recordándome todos mis miedos, temores, todo lo que de una puta vez, había conseguido olvidar. Pero fue mejor estamparme contra la realidad, otra vez. ¿Sabes por qué eran silencios? Porque mi boca no se atrevía a hablar, no gritaba, era incapaz de pedir ayuda. Se me desgarraba la garganta, igual que cada vez que te siento o cada vez que te pienso, pero oh, mis ojos no sabes como gritaban ayuda. No paraban de chillar todo lo que mi garganta desgarraba, todo lo que no podía salir, todos los demonios que había en mi interior eran reflejados por mis ojos, pero dime ¿quién se fijaría en el dolor de unos ojos si todos confíaban en mi puta sonrisa? ¿Quién? Tú lo hacías. Tú me conocías. Tú podías saber que me pasaba aún cuando rodeada de gente, yo sonreía. Tú, tú, tú... siempre tú. Te odio, joder te odio.