En realidad, el amor es sufrimiento, dolor, llorar, desconfianza, pero también son alegrías, risas, noches eternas, días que pasan rápido, sin noción del tiempo.
Por que el amor, no conoce ni de relojes ni de tiempos, ni de números, ni edades. El amor, viene y va, como las olas, como las nubes, como la lluvia, como ese llanto de un bebe que crece, como esa risa causada por un chiste malo, es así, y que triste es, que no podemos controlar, es como la arena de la playa que resbala por nuestros dedos, de un iluso enamorado, de un tonto que cree en el otro, de otro que no cree en la estabilidad.
Un juego de tontos, al que nos gusta atarnos, solo con el fin, de encontrar un poco de placer registrado en ese juego, que llamamos amor.