YayBlogger.com
BLOGGER TEMPLATES

lunes, 28 de octubre de 2013

46.-

A veces duele.
Más de lo normal.
Más de lo que te gustaría.
Y escuece, como las lágrimas que no puedes llorar. Y desgarra, como el grito que no puedes gritar.
Tiemblas, tu cuerpo entero tiembla y te replanteas tu vida ¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Por qué estoy pasando por esto?
Luego miras a tu alrededor y ves a la gente feliz, rodeada de otra gente feliz también, riéndose a carcajadas y vuelves a mirarte. Pensando qué estás haciendo mal, por qué tú no puedes estar así.
Y después la gente empieza a rodearte, pero tu vacío incrementa. Poco a poco, se hace más grande y duele. Mucho. Ni si quiera sabes porqué te sientes vacío, si es un conjunto de todo por lo que has pasado o qué.
Pero da igual, dejó de importar hace mucho -mucho- tiempo. Ahora... ahora sólo sabes que te sientes vacío.
Te sientes vacío y no te reconoces, ni si quiera al mirarte en tu propio reflejo.
Y la gente se ríe ¿Y sabes qué? Crees que se ríen de ti. Y duele, otra puñalada más.
Y al final no serás tú el que se mate (entre otros, porque no estás muerto. Pero tampoco estás vivo) serán ellos, tus demonios, sus risas, sus gritos aterradores en tu cabeza y desgarradores en tu garganta que no les dejan salir.
Y tú, finalmente, dejarás que el agua te ahogue entre sus olas, dejarás que el aire te asfixie, dejarás, que finalmente, poco a poco, tu corazón deje de latir (si es que aún no lo ha hecho)